jueves, 4 de septiembre de 2008

El hombre se arrojó por las escaleras, “así bajo más rápido” se justificó. La música se diluía, como dejándome solo. No voy a gritar, pensé. No sonreí para

NO HAY QUE OBLIGAR AL GENIO

A veces no se puede escribir. Muy cierto. ¿y qué hace uno en esos momentos? ¿escribe cosas como estas? No. No debería al menos.

Pasamanos, pasaletras. Paralelismos regulares. Silla y silla. ¿silla-intelecto? No, sólo material. No sé, no encuentro.

Sí,ya-sé: NO HAY QUE OBLIGAR AL GENIO. Truman Capote decía que dios cuando te da un don lo hace a la par de darte un látigo, y uno así ejercita una y otra cosa. Entonces? Entonces, no obligamos al genio, pero al menos le damos latigazos.

Enter. “Mas cerveza, por favor”…Ud está ebrio, esa es una declamación de latigazos, postura senil. El jinete exigió su etílico con gritos del orden de “el caballo es el que rezonga y pide.” Ustedes no van a entender, nunca vieron el sadomasoquismo que se practica en un carruaje antiguo, ustedes nunca vieron, para ser aun más sensato.

“Nunca me vas a entender, porque no quiero que me entiendas. Nunca te voy a entender, prefiero que me mientas. No hay nada que reprochar, solo ajustar la compañía.”

Y sí, era otra cosa, pero se transformó en esta. Y ahora? Ahora no entiendo, y tampoco pretendo hacerlo. A veces miro como mirando pero sin mirar; y a veces entiendo que lo que pasa me va a pasar; pero eso, como todo, en alguna de estas medidas a las que mi vaso se atiene, no tiene por qué ser de la forma qué es. ¿Quién se tomó mi cerveza? Sólo pensaba en no dejar de tomar.

¿Me pertenece el arte que decora los endometrios del vaso cuando mi boca se despide en la más íntima inmediatez del espacio? (esdrújula obliga.)

No lo sé, y tampoco tengo porqué saberlo. Eso sé. Que no. Que no tengo qué. Que no tengo que saberlo, ni mucho menos entenderlo. A veces pienso que todos buscamos lo mismo, ya lo había dicho Andrés. Y adónde está la libertá, pregunto Norberto. No lo sé, no lo sé! Pero de seguro no en un edificio en donde manda el que menos es.

Norberto me gritó con risita putita: “Acuso de plagio a Glade, que encierra en su comercio los campos de jazmín”…mientras la vacía Fanta Light levitaba y soberbia, afirmaba que no tenía razón, que Norberto no era trolo, era loco.

Loco, lo que se llama loco. Pero loco en seriodeverdá. De esos que pueden sacarte sin mirar. Y a veces pensaba, y a veces pensaba en dónde está la libertad.

Me gusta la métrica de la canción, te lo tengo que decir… “y quién dijo que la literatura no es una practica también aeróbica?” sujeté como con cierta ambición de ser el dueño de la verdad. “Busquemos la última” que ya no hay nada más para decir.

Okey, bueno, ya voy. Es sólo un momento de relajación. Y a veces pensaba que nunca iba a terminar, esta loca locura de tipear. Y suenan los rolling que son ston, y suena mi estómago, que no sé qué dice, pero ya voy.

La soledad da por acabado el ejercicio. Última espuma. Epitafio: puto el que lee.

Tsss…



X: Amórbido.

1 comentario:

rantes dijo...

¿Yamila?

No tiene autor. Pertenece al universo humano todo.